viernes, 27 de febrero de 2009

Escape.

Lisa espera sentada en una plataforma situada en una esquina de la 5th con Broadway, contempla a la muchedumbre pasar, observa sus estresadas caras y sus neuróticos gestos propios de cualquier habitante de Nueva York. Contempla el mundo desde fuera e imagina la vida de las personas que pasan caminando al compás de el sonido de los automóviles, las obras, las voces…es como si sus pies se movieran de manera automática en función que estos sonidos aumentaban o disminuían su intensidad, o ésta era la impresión que le daba a Lisa. Y así podía pasar horas, quizás no fuera esa la manera más inteligente de dejar pasar el tiempo, pero era una de las pocas formas que podían hacerle alejarse de sus sentimientos muertos. Le gustaba imaginar los desengaños amorosos de algún corredor de bolsa de Wall Street que pasaba ante sus ojos, o las indiscretas y secretas aficiones de alguna importante mujer cuyo apartamento se situaba en Park Avenue, e inconscientemente, una sonrisa se dibujaba en la cara de Lisa, suponía que imaginar la vida de otras personas le hacía olvidar su propia vida y con ella, sus lamentos.

Aunque realmente, no es muy difícil averiguar si la expresión facial de sus caras transmite felicidad o no, es lo que tienes Nueva York, es una ciudad natural, nada hipócrita, la tristeza o la felicidad de las personas se puede oler a kilómetros. Nueva York no es una ciudad cínica en la que todos los habitantes tienen una forzada sonrisa en su rostro, las personas transmiten su dolor en sus rasgos, se puede sentir.

Antes de que pudiera darse cuenta, un hombre de unos cincuenta y tantos años se había sentado a su lado.

-¿Qué hace una chica como tú tan sola en medio de la calle?

La timidez de Lisa, le impedía mirar a los ojos a ese señor, pero su voz le inspiraba una confianza excepcional.

-Sólo observo a la gente pasar.- contestó con una efímera sonrisa.

-Debes de sentirte muy sola para quedarte aquí sentada esperando a que la vida acuda a ti.

-Creo que no consigo entender a qué se refiere…

-Puedo leer el miedo y la inseguridad en tus ojos, puedo rozar tu cobardía con la yema de mis dedos. Yo antes era como tú, no salía al mundo, me ocultaba entre mis dudas y mis pensamientos. Hasta que realmente me enamoré, encontré una razón por la que enfrentarme a mis temores y me desnudé ante el mundo dejando atrás todos mis miedos, ya te enamorarás, correspondido o no, podrás enfrentarte al mundo y a ti misma.

-Señor, tengo amigos, tengo salud y tengo familia, ¿si no estuviera sufriendo por amor, cree que preferiría pasar un sábado por la tarde sola en medio de la calle inventando mis suposiciones de vida?

3 comentarios:

  1. Dios y dices que no te gustan ¬¬
    Me encantaaaaaaaaaaa (:
    muaaaaaá!

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  2. Coño merme! Q no sabía yo que escribías tan bieenn!!!! Y tampoco tenía constancia de tu blog.

    Así que lo tendré en cuenta y te hago un hueco entre los enlaces del mío.

    Un besazo pequeñaja!

    Gonka

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  3. Admiro muchísimo Nueva York, y el texto me ha gustado mucho. Escribes muy bien.
    Me pasaré más a menudo por aquí. Me gusta mucho tu estilo.
    Un beso.

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